ARTETERAPIA

Una Psicoterapia Sensorial para mejorar ls salud y el bienestar

 

La arteterapia es una terapia sensorial que facilita la comunicación mediante la expresión del arte, y es utilizada como complemento en psicoterapias para mejorar la salud y el bienestar.

 

¿Qué es la terapia sensorial de la arteterapia ?

La terapia por medio del arte es una forma de psicoterapia que trata los padecimientos emocionales ayudando al paciente a comunicar sus pensamientos y sentimientos de manera gráfica, a través del dibujo, la pintura, el modelado u otras artes plásticas. Con frecuencia, las obras producidas durante la terapia logran expresar conflictos y necesidades tan hondamente reprimidos que la persona ni siquiera se había percatado de ellos. Al materializarse en forma de imágenes o figuras con volumen, los conflictos pueden reconocerse más fácilmente, con lo que se está en camino de resolverlos.

Arteterapia

Esta forma relativamente reciente de tratamiento se debe a las ideas del psicólogo suizo Carl Gustav Jung sobre el arte como medio de expresión del inconsciente, aplicadas en el decenio de 1940 por su discípula, la psicóloga inglesa Irene Champernowne; en el desarrollo de la terapia intervino asimismo el trabajo empírico del pintor Adrian Hill, también inglés.


Utilidad de la arteterapia para la salud y el bienestar

La terapia por medio del arte se emplea para tratar todo tipo de trastornos emocionales y psicológicos. Puede constituir un simple medio para que la persona se conozca mejor o, aplicada a un grupo, para que los integrantes superen sus dificultades de relación con los demás. También es un recurso terapéutico de mucha utilidad en el caso de incapacidades físicas o mentales de comunicación verbal, alcoholismo, adicción a las drogas y manías relacionadas con los hábitos de alimentación. La terapia con arte puede ayudar también a los pacientes que han estado hospitalizados por tiempo prolongado a que reanuden su vida normal, e infundir confianza y un sentimiento de logro a quienes tienen una opinión deteriorada de sí mismos.


¿Cómo es una consulta de terapia con arte?

Como la arteterapia es relativamente reciente, sus practicantes aún forman un grupo reducido. No obstante, siempre que un médico o psicoterapeuta la recomienda, remite al paciente a un terapeuta competente, que debe ser psicoterapeuta y tener, además, conocimientos sobre el arte de que se trate.

Con mucha frecuencia la arteterapia se prescribe a personas aquejadas de trastornos emocionales graves que las imposibilitan para hablar sobre ellos e incluso para comprender su gravedad. Por tanto, el terapeuta debe desplegar una perspicacia y una paciencia extraordinarias para descubrir las necesidades particulares del paciente y entender sus dificultades de comunicación, sobre todo si se encuentra en un estado de angustia y confusión.

A los pacientes que no se consideran aptos para el dibujo o la pintura se les infunde confianza y seguridad desde un principio aclarándoles que no hace falta una disposición especial, que el hacer imágenes, trazos y símbolos es una actividad natural del ser humano, y que todos los niños la practican espontáneamente a manera de juego, si bien tienden a abandonarla a medida que crecen. De este modo se procura animar al paciente para que descubra de nuevo su capacidad de juego creativo y con ella la de expresarse y comprender mejor sus problemas.

En el curso del tratamiento se ponen a su disposición diversos materiales (pinturas, rotuladores, carbón, papel, arcilla, plastilina, revistas y periódicos para recortar y componer collages, así como trozos de madera, cajas y recipientes de plástico). El paciente está en libertad de emplearlos como quiera; el terapeuta se limita a ofrecer asesoramiento para resolver los problemas que se le presenten.

 

En las primeras etapas de la terapia, a algunos pacientes les cuesta trabajo usar con naturalidad materiales con los que no están familiarizados, sobre todo porque deben hacerlo en presencia de un desconocido, pero una vez que empiezan a usarlos se enfrascan tanto en la labor creativa que olvidan sus recelos y comienzan a expresarse con más libertad. Con frecuencia, el resultado del trabajo es impredecible, y las obras pueden incluso sorprender o asustar a su creador. Otras veces los primeros intentos no pasan de ser manchas o garabatos inseguros, pero el terapeuta siempre insistirá en que constituyen medios de expresión y evitará emitir juicios o interpretaciones simplistas.



Cuando la terapia por medio del arte se aplica a un grupo (por lo general de 8 a 10 personas), cada miembro realiza sus propias obras, aunque también se fomenta la colaboración en obras conjuntas. A medida que se fortalecen los lazos afectivos y de comunicación entre los participantes, el trato entre ellos se hace más natural, pero también es frecuente que surjan contrariedades; una de las principales tareas del terapeuta consiste en hacer que los pacientes aprendan a resolver problemas a medida que se presentan.

Una vez que se da de alta a un paciente de arteterapia, se insiste en la conveniencia de que siga pintando o dibujando por sí solo como medio para conocerse y desarrollarse.


El punto de vista ortodoxo sobre la Arteterapia

La arteterapia se considera ecléctica porque emplea las artes plásticas y la psicoterapia en una combinación que resulta inusitada en medicina. Su validez es respaldada por muchos especialistas, y en ciertos casos ha dado mejores resultados que la psicoterapia formal.


Historia de la Arteterapia

Uno de los precursores de la terapia por medio del arte fue nada menos que el renombrado psicólogo suizo Carl Gustav Jung 11875-1961), que reconoció en la creación artística un poderoso medio de expresión del inconsciente y trató a algunos de sus pacientes ocupándolos en tareas de pintura y modelado.

Una paciente y discípula de Jung, la psicóloga inglesa Irene Champernowne, comprobó en sí misma los beneficios del tratamiento, y en 1942 estableció una clínica de “psicoterapia por medio de las artes” en una casa de campo cercana a Exeter (Inglaterra) donde contó con la colaboración de diversos artistas y médicos.

Otro hallazgo sobre las aplicaciones terapéuticas del arte fue casual. A principios de la Segunda Guerra Mundial, el pintor Adrian Hill convalecía de una tuberculosis en un hospital de Sussex (Inglaterra) cuando decidió reanudar su trabajo para pasar el tiempo de manera creativa, además, se propuso enseñar pintura y dibujo a otros pacientes para distraerlos de sus enfermedades y de las experiencias traumáticas de la guerra. Hill se sorprendió al ver que sus compañeros de hospital no sólo recibían las lecciones con entusiasmo, sino que a través del dibujo expresaban sus temores y representaban las terribles escenas que habían presenciado. Sin proponérselo, se había convertido en practicante empírico de la terapia por medio del arte.