YOGA, una Terapia Alternativa Oriental

En los últimos años el yoga ha comenzado a cobrar auge como técnica para aliviar numerosos padecimientos físicos y anímicos, sobre todo los relacionados con el estrés y algunos trastornos cardiacos.

El yoga (palabra que en sánscrito significa “yugo” o “unión”) tuvo su origen en la India como un sistema de perfeccionamiento físico, mental y espiritual. En Occidente se conocen sobre todo las posturas y los ejercicios encaminados a mejorar el aspecto físico (Hatha yoga), pero en el Oriente tienen la misma importancia los métodos llamados Raja (cuyo propósito es el control mental), Jnana (que se concentra en la comprensión y el intelecto), Karma (el aspecto moral) y Bakti (la fe y la religiosidad).

 

¿Qué es la técnica del Yoga como medicina natural?

Los ejercicios de yoga pueden ser practicados por la mayoría de las personas, sean cuales sean sus convicciones religiosas o aunque carezcan de ellas, si bien se considera que el desarrollo mental y espiritual es indispensable para reforzar los efectos beneficiosos de la actividad física.

 

Los precursores del yoga se inspiraron los movimientos de diversos animales para crear algunos de sus ejercicios, pues observaron que aquéllos se desplazan con más desenvoltura y eficacia que los humanos. Las posturas tienen la finalidad de favorecer la respiración, desarrollar flexibilidad muscular y relajar el cuerpo; hay que mantenerlas durante un minuto o más para hacerse consciente de las pautas de tensión y mitigar la ansiedad. Asimismo, los ejercicios deben realizarse con lentitud a fin de lograr una compenetración armoniosa del cuerpo, la mente y el espíritu.

 

  

La respiración es esencial al practicar el yoga. Según los adeptos de esta disciplina, el aliento contiene la fuerza vital o prana del individuo, y aunque respirar es una función automática, puede regularse conscientemente para aumentar el bienestar. La respiración también revela los estados de ánimo de la persona, por lo que su control consciente puede contribuir a alcanzar la armonía mental y emocional.

 

Utilidad del Yoga como terapia alternativa y medicina oriental natural.

Los instructores de yoga consideran que su disciplina puede ser beneficiosa para todas las personas, desde niños hasta ancianos, a condición de que la practiquen con paciencia y constancia y no padezcan enfermedades graves o impedimentos físicos. Señalan también que no es exclusiva para personas pacíficas y espirituales, sino para todas aquellas que necesiten compensar las presiones cotidianas con una actividad apacible y relajante.

 

Hasta hace poco tiempo, la práctica del yoga en Occidente tenía el propósito de promover la salud física y mental, es decir, era más una disciplina preventiva que curativa de trastornos específicos, pero en el Oriente se ha utilizado tradicionalmente para aliviar la tensión muscular. Los problemas y las preocupaciones de la vida diaria a menudo se manifiestan en forma de tensión muscular, que puede volverse espasmódica y persistir a lo largo del día. Mediante la contracción y la relajación conscientes de los músculos, el yoga permite despejar la mente, olvidarse de las vicisitudes y disipar dicha tensión.

 

Las personas aquejadas de trastornos de movimiento y de postura pueden beneficiarse con los ejercicios de flexión del yoga, que aumentan la flexibilidad de la columna vertebral y de los músculos dorsales y ayudan a mitigar el dolor. El yoga es útil en particular para quienes llevan un régimen de vida sedentario, pues devuelve la movilidad y la salud a las articulaciones y los músculos de las extremidades (incluso en algunas personas que padecen poliomielitis).

 

En los últimos años el yoga ha empezado a utilizarse para combatir trastornos como dolor de espalda, dolor de cabeza, presión arterial alta, asma, afecciones cardiacas, bronquitis, acidez estomacal y el síndome premenstrual.

 

También se ha utilizado para mitigar los síntomas crónicos de artritis reumatoide, esclerosis múltiple y diabetes, así como en casos de parálisis cerebral, problemas de aprendizaje, osteoporosis y, en mujeres embarazadas, como preparación para dar a luz y para prevenir o aliviar la depresión puerperal.

  

¿Cómo es una sesión de Yoga?

La práctica del yoga como disciplina terapéutica no está muy difundida en nuestro país, así que para consultar a un instructor que lo aplique a fin de combatir trastornos de salud habría que atenerse a la recomendación de un médico. En cambio, no es tan difícil hallar un instructor de yoga que lo practique con fines de relajación y autocontrol. 

Los instructores de yoga profesionales suelen tener conocimientos de anatomía y fisiología y concentran sus enseñanzas en las posturas, la respiración, la relajación profunda y la meditación.

No hay rutinas específicas de yoga. Por lo general el instructor prepara series de ejercicios apropiadas para cada alumno, dependiendo de las características e intereses de este último y de su grado de conciencia corporal.

Las clases de yoga, normalmente en grupo, duran de 60 a 90 minutos, y en ellas los participantes efectúan sus respectivos ejercicios bajo la supervisión del instructor. Algunas clases son especiales para principiantes, mientras que otras lo son para los alumnos avanzados, entre los cuales debe reinar siempre un espíritu de armonía y no de competencia.

 

Ejercicios de Autoayuda. Se afirma que el dominio del yoga va lográndose a medida que se desarrollan flexibilidad y fuerza musculares y una actitud mental adecuada. Además de asistir a clases, se recomienda practicar el yoga en casa de manera habitual. Los ejercicios que a continuación se describen (sólo tres de los centenares que existen) podrían formar parte de la rutina diaria; hay que practicarlos sobre una superficie cómoda, en una habitación tibia y bien ventilada.

                - La “cobra’. Este ejercicio sirve para aumentar la flexibilidad y el tono muscular en la espalda. Acostado boca abajo, con los pies rectos, los codos doblados junto al cuerpo y las palmas apoyadas junto a los hombros, aspire, alce la cabeza lentamente y mire hacia arriba. Mantenga la postura mientras exhala; luego aspire otra vez y levante el torso lo más que pueda, despacio, usando los músculos dorsales y abdominales, no los brazos. Vuelva a espirar. Inhale nuevamente y vuelva a arquear la espalda con lentitud, ayudándose esta vez con los brazos. Hay que mantener la postura durante dos o tres respiraciones completas y luego volver a la posición inicial muy lentamente. Descanse un minuto con la cabeza vuelta hacia un lado.

                 - “Media vela”. Esta postura beneficia los órganos abdominales y reduce el cansancio, pero no debe practicarse si se padece hipertensión o sobrepeso ni durante la menstruación o el embarazo. Acostado de espaldas, con las piernas juntas y los brazos a los lados, aspire y alce las piernas hasta colocarlas en posición vertical; doble las rodillas si es preciso y mantenga un minuto la postura. Luego, mientras espira, extienda las piernas, coloque las manos en la parte baja de la espalda e impulse las caderas hacia arriba. Use los codos para apoyarse en el piso de 1 a 3 minutos; respire con naturalidad, baje los brazos y vuelva lentamente a la postura inicial.

                 - Tensión y relajación. Acostado como en el ejercicio anterior, contraiga sucesivamente todos los músculos desde los pies hasta la cabeza. Aspire a fondo al tensar los dedos de los pies, los tobillos, las pantorrillas y los muslos, y exhale al hacer lo propio con el abdomen, los puños, los brazos y los hombros. Vuelva a aspirar al contraer el pecho, el cuello y la cara, y luego exhale y comience a aflojar lentamente todos los músculos, esta vez en orden inverso. Separe las piernas y extienda los brazos para sentir más intensamente la sensación de relajación.

 

 

El punto de vista ortodoxo sobre el Yoga como Terapia Oriental Natural.

 

Algunos médicos admiten que si se practica en forma apropiada, el yoga ayuda a mejorar la movilidad y la circulación, y que puede ser de ayuda para aliviar dolencias menores siempre y cuando éstas sean debidamente diagnosticadas por los medios alopáticos formales. Otros médicos, en cambio, consideran que la utilidad terapéutica del yoga es limitada y que sólo debe practicarse con fines de relajación y como ejercicio.

 

 

Consejos para practicar el yoga.

 

Tomar lecciones con un instructor que tenga experiencia e integridad.

Practicar el yoga con regularidad, a ser posible diariamente.

No competir con los compañeros de clase: el yoga no debe ser motivo de presiones innecesarias.

Consultar al médico antes de seguir un curso de yoga si se padece alguna enfermedad o un impedimento físico.

Practicar el yoga usando ropa holgada o elástica y con una colchoneta o una alfombra gruesa sobre el piso.

No realizar ejercicios de yoga con el estómago lleno: hay que esperar tres horas después de haber comido.

Ducharse antes y después de cada sesión para terminar de relajarse.

No practicar el yoga justo después de haber tomado el sol pues podría experimentarse mareo y malestar general.